El Chelsea londinense por fín ya tiene su Copa de Europa formando parte desde esta noche, del "olimpo "de la Champions, un selecto grupo formando por sólo 22 equipos entre los que se encuentran dos españoles, el Real Madrid (el más laureado de todos, con nueve entorchados) y el Barcelona (el equipo del momento, con cuatro).
Si en las semifinales del Bernabeu, la suerte le sonrió a los de Múnich en esta ocasión, han sido los mismos penaltis y el mismo héroe de la noche de Madrid, Schweinsteiger, autor del tanto alemán que dejaba al Madrid a las puertas de la décima, el "villano" en una finalísima donde el Bayern era favorito además de anfitrión pero que un inconmensurable guardameta, Peter Cech, fue junto al Drogba el héroe de los "blues", primero deteniendo en la prórroga un penalti a Robben con (1-1) en el marcador y posteriormente, en la tanda de penaltis parando dos lanzamientos más, primero a Olic y posteriomente, a Schweinsteiger, el "alma" del Bayern Múnich, jugador de la cantera de dicho club teutón que cumple diez temporadas en la élite del fútbol alemán y del fútbol mundial.
En una final que no será recordaba por el espectáculo y si por la táctica y la fortaleza defensiva de ambos equipos, el Bayern asumió su papel de favorito y dominó el choque de principio a fin gozando de las mejores ocasiones del partido en ambos periodos.
Uno de los jugadores llamados a ser protagonistas, el ex madridista, Robben, tuvo en sus botas el primer gol de la final, en una clásica jugada del extremo holandés que tras sortear hasta tres contrarios definió con maestría con un toque sutil pero sin embargo, la bota izquierda de Cech desvió lo justo para que el esférico tropezara en la madera y se marcha para fuera en lugar de para adentro.
Antes del descanso, otro de los motores del conjunto bávaro, Mario Gómez, tuvo en su bota izquierda (la menos buena del germano) el (1-0) pero su remate se marchó desviado algo justificable en un diestro aunque no perdonable en una finalísima de champions.
En la segunda mitad, el tercer "motor" de la línea creativa del Bayern, el francés Riberý acertó con la portería pero el colegiado portugués, Pedro Proenca, entendió posición antireglamentario del extremo del Bayern y anuló el tanto.
A pesar de todo, el Bayern siguió buscando el premio del gol y lo encontró a falta de siete minutos para el final, en concreto, en el minuto 83' gracias a un centro desde el lado izquierdo de Riberý que encontró, en el segundo palo, la cabeza de Müller que ganó la partida al lateral zurdo, Asly Cole, y tras tocar el balón en Cech y en el larguero se coló en las redes azules (1-0), y resultado que parecía ser suficiente para ganar toda una final de champions.
Sin embargo, el Chelsea quedará en el recuerdo como el campeón que mejor ha sabido contener a sus rivales (Barcelona y Bayern) y que mejor ha aprovechado las ocasiones que ha dispuesto, tres ante el Barcelona y una ante el Bayern. Así, un córner botado por Mata al primer palo, lo cabeceó Drogba para tras tocar en Neuver colarse en las redes alemanas (1-1, min. 86') y la sensación de que se le podía escapar la final al Bayern, una premonición que a buen seguro rondó las cabezas de los jugadores alemanes y que retumbó con fuezas tras la fatídica tanda de penaltis.
Ya en el "tiempo extra", un absurdo penalti cometido por Droga sobre Riberý pudo cambiar el rumbo de la final, una nueva oportunidad para el Bayern (la segunda de las tres que tendría en la finalísima) para ganar su quinta Copa de Europa de su historia.
Sin embargo, todo salió al revés, Robben se topó con un soberbió Cech que adivinó el lanzamiento del holandés, a media altura y al lado izquierdo del portero, un típico lanzamiento de penalti de un zurdo que el "más listo de la clase", logró adivinar y detener. Además, en dicha jugada, Riberý quedaría lesionado y se tendría que retirar obligando a su técnico, Jupp Heynckes, a dar entrada a Olic, un jugador que apenas ha tenido minutos esta temporada.
Con el Bayern intentando más con el corazón que con la cabeza el gol del triunfo y el Chelsea restiendo las ya tímidas embestidas de su rival se llegó a los penaltis, a la lotería que tanta suerte ha dado históricamente el Bayern y que les fue esquiva al Chelsea en la final de 2008 ante el Manchester United.
Al igual que en anteriores tandas de penaltis la suerte parecía ser nuevamente esquiva para los ingleses y la fortuna sonreir para los alemanes tras el penalti convertido por Lahm (1-0) y la pena máxima errada por el español, Juan Mata.
Los goles de Mario Gómez (2-0) y Neuver para el Bayern (3-1) y los tantos de David Luiz y de Lampard (3-2) mantenían al Chelsea a un sólo tanto de lograr la igualada manteniendo los "blues" pequeñas esperanzas de no dar por perdida su segunda final de champions.
CECH Y DROGBA, HÉROES DE LA PRIMERA CHAMPIONS DEL CHELSEA
Sin embargo, la tercera oportunidad para el Bayern de ganar la final tampoco fue aprovechada por los anfitriones que tras el penalti fallado por Olic vieron como Cole empataba a tres (3-3) la serie dejando en Schweinsteiger y Drogba la suerte del quinto y en esta ocasión, decisivo penalti. Así, el "héroe" del Bernabeu fue "villano" en Múnich estrellándose su disparo en el poste izquierdo de Cech tras tocar en el meta checo mientras que Drogba, la gran estrella del equipo, subía al "olimpo" de Stanford Bridge y al "olimpo" continental, transformando el quinto y definitivo tanto (3-4) que daba al Chelsea la primera Copa de Europa de su historia y dejaba al Bayern Múnich a las puertas de conquistar la ansiada quinta champions de su historia tras once años de fracasados intentos. El Munichtazo o "Allianztazo Blue" corona a Di Matteo y al club londinense presidido por el multimillonario ruso, Roman Abramovic, por fín, en rey del "viejo continente" tras nueve años intentándolo y tras haber invertido la suculenta cifra de 9000 millones de euros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario