La Crónica: Francisco J.
García Bruno
La directriz era
clara para el Caja Laboral. Los blancos no debían correr y no corrieron. En
ningún momento debían encontrar facilidades para realizar transiciones rápidas
y no las encontraron. Todo ello, sumado al dominio bajo los tableros de los
vitorianos, desembocó en una derrota del Real Madrid (71-81) que hace que
pierdan el factor cancha en la serie.
Los locales
mostraron su peor cara en un encuentro en el que nunca llegaron a hacerse con
el ritmo del partido. Los hombres de Dusko Ivanovic forzaron un encuentro lento
y de posesiones largas, escenario en el que las referencias ofensivas de los
blancos sufren.
Así las cosas,
con Jayce Carroll y Sergi Llull (8 y 7 puntos) lejos de sus números habituales,
la fluidez anotadora de los madridistas se resintió notablemente.
En el Caja
Laboral, por su parte, Maciej Lampe (21 puntos + 11 rebotes) se mostró
imparable durante todo el partido. Además, el buen acompañamiento de jugadores
como Bjelica o San Emeterio ofreció a los visitantes la dosis necesaria de
acierto para golpear primero en el Palacio de los Deportes y poner en
entredicho las opciones de los blancos de hacerse con una plaza en la final.
Mostrando de nuevo
algunas de las carencias a las que pudo sobreponerse en la serie frente al
Banca Cívica, los hombres de Pablo Laso se encontraron, en varias fases del
partido, sujetos únicamente por su juego interior. Sin embargo, esta vez sí
hubo enfrente un rival cuyo caudal anotador desbordó a los madrileños.
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