Si algo tiene este Real Madrid, líder del campeonato liguero con 85 puntos, cuatro más que su principal perseguidor, el F.C. Barcelona, es un pegada letal y mortífera que le han permitido igualar los 107 goles del mítico Real Madrid 1989/90, campeón de liga por quinto año consecutivo y liderado por la mejor generación de canteranos de la historia madridista, la "quinta del Buitre", un equipo embriagador que enamoró al mundo entero a pesar de quedarse a las puertas de conquistar una Champions.
El actual Real Madrid 2011/12 supera al de hace dos décadas y roza su primer título de liga tras tres años de dominio azulgrana, con 107 goles a falta de cinco jornadas para la conclusión, con Cristiano Ronaldo como máximo goleador del campeonato liguero con 41 goles, un galardón que comparte con su gran rival deportivo, Leo Messi, y con un triunvirato goleador (Higuáin-Cristiano Ronaldo-Benzema) decisivo para desatascar encuentros como el de hoy, a priori sencillo ante un Sporting que es penúltimo en la tabla con 28 puntos y con pie y medio en segunda división pero que ha sembrado el terror en el coliseum de la castellana gracias a un dudoso penalti cometido por Sergio Ramos al interceptar el balón con el brazo izquierdo, una pena máxima que no desaprovechó Miguel De Las Cuevas para poner por delante a los suyos en el minuto 30' de la primera mitad.
Con Sahin por el sancionado Xabi Alonso, el regreso de Marcelo al once inicial tras perderse el derbi madrileño ante el Atleti por culpa de una lesión en la espalda y Di María y Benzema como sacrificados por las rotaciones de Mou, los blancos saltaron al césped del Bernabeu faltos de ritmo e incapaces como se demostró durante casi toda la primera mitad de perforar el entramado defensivo planteado por el cuadro asturiano, con Lora como pivote defensivo taponando a un desaparecido Özil, con Trejo poniendo en aprietos a Marcelo por el carril diestro del ataque sportinguista y con Miguel De Las Cuevas y sobre todo, Sangoy, como referencias ofensivas que al igual que hizo su compañero Trejo pusieron en aprietos a Pepe y especialmente a Arbeloa que no tuvo su día y pudo ocasionar el primer tanto de los visitantes en un doble error, el primer al ir a despejar un balón y el segundo al realizar una arriesgada cesión con el pecho a Iker que a punto estuvo de capturar Sangoy en el área madridista.
Un tanto en fuera de juego de Higuáin tras una falta botada por Sahin fue el paupérrimo balance del Madrid en los primeros veintinco minutos donde la lentitud a la hora de canalizar el juego merengue ocasionó una falta de cohesión del mediocampo (Sahin-Khedira) y la parte más ofensiva del equipo (Callejón-Ronaldo-Özil-Higuáin).
La chispa que encendió al Bernabeu fue un penalti cometido por Ramos al interceptar un balón con su brazo izquierdo lo que aprovechó De Las Cuevas para poner por delante a los del Molinón (0-1) y estallar las alarmas en la parroquía blanca.
Una jugada polémica al devolver intencionalmente un balón desde el banquillo rojiblanco mientras se jugaba el encuentro lo que ocasionó la ira de Pepe devolviendo con fuerza el balón a dicho banquillo lo que provocó una revuelta entre los suplentes del Sporting y los suplentes del Madrid, una chispa que terminó de incendiarse minutos después al perdonar Pérez Montero la segunda amarilla al lateral zurdo, Canella, tras propinar una dura entrada a Arbeloa.
Con la soga al cuello nuevamente, un pase desde 30 metros de Ramos lo cabeceó Higuáin a la red (1-1), un empate que subió aún más, los decibelios del Bernabeu especialmente cuando dos minutos más tarde, Sahin estrelló un libre directo en el larguero en lo que fue la mejor ocasión madridista para haberse puesto por delante antes del descanso.
En la segunda mitad y con el Real Madrid obligado a conseguir la victoria, Mou movió ficha realizando un doble cambio (Benzema por Sahin) y (Di María por Callejón) modificando su esquema de juego inicial (4-2-3-1) para plantear un sistema más ofensivo y de un gusto mayor en Chamartín (4-4-2) con Khedira como único mediocentro, Özil en la media punta, Di María y Ronaldo en los costados e Higuáin y Benzema en la punta del ataque.
Precisamente, un cabezado de Benzema a pase de Cristiano fue el primer remate madrileño de la segunda mitad y el antecedente de un asedio de los del paseo de la castellana sobre el marco rival, un rival cuyo técnico, Clemente, también movió ficha dando entrada a Ricardo León por Iván Hernández en el centro de la zaga y antes del segundo gol anfitrión, a André Castro por Sangoy y a Colunga por De Las Cuevas, estos dos últimos, dos claras sustituciones defensivas con el fin de resistir los ataques blancos.
Sin embargo, a falta de veinte minutos para la conclusión del choque y con la grada del Bernabeu conteniendo la respiración, un centro de Di María desde el costado derecho lo cabeceó Cristiano Ronaldo para hacer el (2-1), poner por delante a su equipo, besar el escudo del Real Madrid y llevar el delirio a concha espina.
La entrada de Granero por Higuáin y la vuelta al doble pivote inicial (Khedira-Granero) dio al Madrid mayor control del encuentro y del balón generando mayores espacios entre el laberinto defensivo del Sporting. Así, una gran asistencia de un Özil que mejoró en la segunda parte desde el carril del diez sirvió a Benzema para fusilar a Juan Pablo y sentenciar el partido (3-1) y de paso mantener el pulso liguero con el Barcelona que venció posteriormente al Levante por (1-2) manteniéndose la renta de cuatro puntos a favor de los de la capital de España antes del decisivo "gran clásico" de la próxima jornada, sábado 19 de abril a las 20:00 en el Camp Nou, en un partido que puede valer todo un título de liga bien a favor de los madridistas bien a favor de los culés.
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