Partido igualado y jugado de tú a
tú. Portugal fue superior en los minutos finales y lo más justo hubiese sido un
empate, pero los portugueses no supieron concretar sus ocasiones al contrario
que Mario Gómez.
La crónica: Manuel Fuentes
Empezó el partido con los dos equipos bien asentados en el
terreno de juego y arriesgando lo justo. Por lo que los primeros minutos fueron
de tanteo, aunque ya aparecían las primeras oportunidades germanas gracias a la
clarividencia de Özil, que abrió dos precisos balones a banda derecha que
acabarían en remates de Mario Gómez, primero y Podolski, después. Pero eran
sólo chispazos, ya que el trivote portugués ahogó totalmente el juego alemán en
los primeros minutos.
Pero era el orden lo único que ofrecía el combinado
portugués, amén de algún chispazo esporádico de su banda izquierda, formada por
Cristiano y un Coentrao especialmente ofensivo en el día de ayer. Y con esas se
jugó toda hasta el descanso. Con dos equipos bien colocados, sin arriesgar casi
nada, y, por ende, una parte sin ocasiones de gol. Aunque en los últimos cinco
minutos el partido se abrió más, en cuanto los dos equipos decidieron atacar
por bandas. Pero la ocasión más claro del partido fue un rematé al larguero de
Pepe a la salida de un córner. Con ese disparo, murió la primera parte.
No hubo cambio de cromos en el paso por vestuarios. Pero sí
que hubo un cambio de actitud en ambos equipos, que se dieron de cuenta que la
forma de hacer daño a su rival era atacando por banda. Y así, la cara del
partido cambió totalmente, se convirtió en uno más abierto, y las ocasiones
aparecieron. A tumba abierta, los mediocampistas dejaron de existir como tal,
dejando el protagonismo a los Müller, Özil, Podolski, Nani y Cristiano Ronaldo.
Así transcurrió la segunda parte, mucho más abierta que la
primera, y en la que dos equipos se turnaban a la hora de dominar al rival, en
un claro equilibrio de fuerzas. Equilibrio que se rompió en el minuto 72 de
partido. Posesión larga de Alemania que acaba con una cobertura a banda
derecha, donde Müller se saca un centro, que tras ser rechazado por un defensa
portugués, se envenena y Mario Gómez coloca un cabezazo inapelable.
Más allá de lo esperado, el gol no cambió la cara del
partido, en gran parte porque Portugal no tiene juego como para lanzarse a por
el partido, pero tampoco Alemania tuvo juego para cerrar o matar el partido,
por lo que los últimos minutos fueron de ida y vuelta. La tuvo Nani en el 83,
con un centro chut que se fue al larguero. El remate sirvió como toque de
queda, y a partir de ahí el partido fue un monólogo portugués con claras
ocasiones de gol que fueron incapaces de concretar.
Con ese resultado de 1-0 acabó el partido, resultado que
deja a Alemania como líder del grupo de la muerte tras la primera jornada, y
una Portugal que todavía puede aprovechar el empate entre holandeses y daneses
para dar guerra, aunque ya sin margen de error.
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