No será en casa.
La derrota del Madrid en el cuarto partido (75-81) de la serie por el título
que le enfrenta al Barcelona hará que todo se decida en el quinto encuentro. El
Palau Blaugrana, el próximo sábado, ejercerá como juez en un último compromiso
que decidirá quién se corona campeón de la Liga ACB.
En una
eliminatoria dominada, al menos hasta hoy, de manera incontestable por los
blancos, los catalanes se encuentran con un empate a dos que les permitirá
jugársela en casa. Con el Real Madrid exhibiendo un nivel altamente
competitivo, el Barcelona, gracias a un gran partido disputado en la capital,
logra revertir una situación que se presentaba altamente complicada para sus intereses.
El conjunto
local, esta vez, no fue la apisonadora del pasado lunes. Ante un rival que
logró rayar a gran nivel defensivo, no encontró nunca el ritmo que le había
permitido dominar la final. Sin contraataques, ni velocidad, las estrellas
blancas no encuentran las transiciones rápidas que les permiten brillar. El
gran partido de Nikola Mirotic (14 puntos) no fue suficiente para paliar el
pobre acierto de su equipo en el tiro exterior.
Entretanto, el
Barcelona logró lavar la mala imagen ofrecida en el tercer encuentro.
Planteando, esta vez sí, un ritmo más afín a sus intereses, redujo la fluidez
anotadora de los madrileños y asestó un golpe demoledor que logra, por vez
primera en la serie, hacer dudar a su adversario. Magistralmente dirigido por Erazem Lorbek (24
puntos), el ataque azulgrana mantuvo a raya al Madrid durante todo el partido y
solventó las constantes embestidas blancas.
Así las cosas,
la serie se prolonga hasta el final y eleva la igualdad entre ambos
contendientes a la enésima potencia. El Madrid aún confía en sus posibilidades.
Ya han demostrado que pueden dominar y, sobre todo, ganar en la ciudad condal.
El Barcelona, por su parte, recupera sensaciones de cara al desenlace. Lo
vivido ya no cuenta y nada de ello valdrá en un colofón que se prevé
apoteósico.
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